“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” Heb 11:3 (RV) / “Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve.” Heb. 11:3 (NVI)
En nuestra actual cosmovisión racionalista y a la vez desconstruccionista, el dar sentido y significado a Dios y la Biblia, es casi un “locura”. Existe un temor hacia el análisis y meditación epistemológica de los tópicos de la Biblia y Dios
Quizás imprudentemente y en un mínimo desarrollo epistemológico quiero señalar que me es más lógico la “Revelación-Dios-Biblia” que el “racional universo señalado por la razón científica imperante”. No hay afán alguno de desacreditar a las ciencias “duras”, pero me es prudente un dialogo desde la epistemología, dado que, es la preocupación primordial de la filosofía moderna.
Según la visión postkantiana “los hechos NO hablan por sí mismo, se habla de ellos a través de una teoría”, es decir, que en los hechos de la realidad no tienen significado hasta que la mente creativa del ser humano ordena estos hechos de manera lógica, de este modo le da significado. Es así como, el no-creyente (1) señala que los hechos de la realidad están basados en teorías particulares del conocimiento humano, en la cual asume que la mente del hombre tiene el poder creativo y original para definir y ordenar la realidad que le rodea sin referencia a alguna autoridad externa.
Sin embargo, para el creyente (2) (cristiano) es el acto creativo de Dios el que le da a todos los hechos de la realidad su significado. Su palabra es la palabra original que ordena los hechos de la realidad. De esta forma, el cristianismo conoce las cosas por fe, es decir, que comienza su razonamiento con un acto de fe en Dios.
Para muchos el señalar a la fe como parte de un debate epistemológico, es cerrar toda puerta a un dialogo serio y concreto. Pero sin desmerecer lo anterior, creo que es valido y lógico. Esto sustentado en que el creyente y el no-creyente basan sus creencias en la fe.
La racionalidad científica comienza toda defensa con la premisa de que el mundo existe y puede ser entendido independientemente de Dios, así formula una epistemología neutral u objetiva, basada en los hechos de la realidad, en lugar de los hechos interpretados por la fe. De esta forma la “lucha” entre el no-creyente y el creyente consiste en: el hecho versus fe, la cual ha sido promovida por la clase científica dominante, pero el conflicto es: fe versus fe, dado que no hay hecho bruto en el universo, solamente hechos interpretados, y en su interpretación de los hechos de la realidad, el no creyente asume la habilidad de conocer y entender individualmente de Dios un mundo que él cree que existe independientemente de Dios.
Lo anterior puede ser más claramente explicado por Stephen Perks “el pensamiento del no-creyente , y por consiguiente, su valoración de los hechos en cualquier esfera.... esta en, mirar el mundo a su alrededor, y todas las cosas en él, en términos de una teoría que es pre-teórica, aún no demostrada, y que es improbable por su misma naturaleza. Por lo tanto, el no-creyente comienza su pensamiento con un acto de fe en sus propias presuposiciones acerca de la naturaleza autónoma de la realidad y en su propia habilidad como un pensador original creativo y conocedor de mundo; en otras palabras, mira todas las cosas desde una perspectiva religiosa la cual requiere fe como su fundamento”.
Todo conocimiento, científico o de cualquier otra índole, está basado en al revelación, es decir, en un algo “dado” que es pre-teórico y es, de ese modo, recibido por fe. Tales cosas dadas son consideradas como axiomas y asumidas de ese modo sin cuestionamiento. Ellas forman la base de todo conocimiento adicional, y por lo tanto, no son susceptibles de prueba racional, puesto que cuestionar su validez sería cuestionar la posibilidad del conocimiento. En otras palabras el conocimiento (la ciencia) pende de la fe, no la fe en el conocimiento. La única alternativa para los seres humanos finitos es la ignorancia total o escepticismo.
Con este seudo intento epistemológico básico pretendo esbozar una pequeña idea entorno a nuestra creencia de fe y su interrelación con la filosofía de la ciencia. Un dialogo y debate necesario para entender que todo lo que podemos conocer en realidad, no lo conocemos directamente, sino más bien mediante una acto de fe. De este modo, el estar siendo cristiano, no seria un acto descabellado, pues no hay conocimiento alguno que no comience con acto de fe.
Estas gentes piensan de un modo enteramente diferente.
Sin embargo, uno no puede decir que creen
cosas distintas.(3)
Notas:
(1) Me refiero a no-creyente en el sentido de no creer en Dios. En ningún caso en forma despectiva. Si creí prudente referirme en el termino racionalista como no-creyente, pero lo deseche por la razón que el cristiano si es un ser racional.
(2) Me refiero a creyente, en el sentido que el ser humano cree en un Ser Supremo (Dios).
(3) Santiago Mejias, “WITTGENSTEIN Y LA CREENCIA RELIGIOSA”, http://www.ideasyvalores.unal.edu.co/archivos/PDF%20132/Mejia.pdf
5 comentarios:
Hola...
Creo que todo lo que nosotros confesamos hacia Dios partió desde nuestra fe... Cuando nos bautizamos, cuando damos testimonio, todo empieza a través de aquello, la fe.
Es un ingrediente que en cualquier cristiano no debe faltar, y como Juan nos muestra, en realidad esta en todas partes, solo que nosotros la enfocamos hacia Dios.
No estoy acostumbrado a este tipo de lecturas, jajajaja, asi que me costo algo entender... pero bueno...
Pero creo que existan muchos tipos de fe, o fe en muchas cosas, para mi nunca quedará duda que Dios es.
Como dice en el artículo nuestro querido amigo Juan Rojo, no hay conocimiento que no penda de la fe. Como el acto de fe es subjetivo, podríamos dudar de aquello que aprehendemos.
El famoso filósofo René Descartes en su búsqueda de certezas, comenzó por someter a duda los datos percibidos por los sentidos. Finalmente se situó dentro del único principio ante el cual no puede haber duda, esta es: “pienso, luego existo”. Esta es la primera verdad de la filosofía cartesiana. En Descartes “pienso, luego existo” adquiere el carácter de piedra fundamental, piedra clave de toda su construcción filosófica. Con ella Descartes inauguró una línea de reflexión filosófica, la que se funda en la conciencia y en la subjetividad.
Descartes luego plantea una demostración de la existencia de Dios, por cierto también que puede ser cuestionada, pero con todo muy interesante. Según Descartes, tengo en mí la idea de Dios, pero esta idea no puede provenir de mi mismo, ni de mi experiencia. La idea de Dios como un ser infinito, eterno, inmutable, omnisciente y omnipotente, en virtud del cual “yo y todo lo que existe ha sido creado”, no puede proceder de mí pues soy imperfecto. Por lo tanto, necesariamente la causa de su presencia en mí hay que buscarla fuera de mí, lo que implica la existencia de una causa trascendente con la que corresponde. Como el efecto, que es la idea que hay en mi, no puede exceder a la causa que le dio origen, a la idea de un ser perfecto e infinito tiene necesariamente que corresponder la existencia de Dios.
Como puede verse, Esta prueba de la existencia de Dios no depende de la realidad exterior, sino tan solo de la conciencia. Y como dice Juan R., para confiar de nuestra conciencia debemos también tener fe.
Esteban Jamett Q.
Gracias estimado Juan R. por tu aporte. Aunque de seguro desnuda nuestras flaquezas en temas filosóficos, estimula nuestro interés por abrir aquellos libros que están colocados aparte de los de consulta diaria.
Siempre es bueno densificar un poquito nuestra lectura, si bien estoy seguro (y lo digo en serio) que todos los TESTIGOS leen mucho más que el Condorito.
Un abrazo.
Esteban Jamett Q.
Y por último...
Cuando por el año 1994 me dediqué de lleno a estudiar la Teoría de la Evolución, sin que me convirtiera en un antievolucionista, debí admitir que se requiere tanta o más fe creer en la evolución de las especies que en el creacionismo.
Muchas hipótesis científicas que por algunos son utilizadas para atacar la fe cristiana, necesitan también mucha fe para ser sostenidas.
Con todo, los creyentes jamás debemos considerar que la Biblia es un tratado científico, por lo que es un equívoco enfrentarla a la ciencia.
Esteban Jamett Q.
Estimados hermanos en la Fe...
He leído atentamente vuestras publicaciones en el presente blog, y he quedado gratamente sorprendido por el nivel intelectual de ustedes, y la notable claridad de ideas en conjunto con el manejo doctrinal que poseen (que no es otra cosa que un conocimiento y razonamiento a partir de la Biblia).
Me ha llamado mucho la atención la publicación referida a la Epistemología de la Fe, francamente es un tema bastante interesante, pues todo conocimiento procede de la Fe, o por una cierta forma de fe; toda hipótesis científica parte de una premisa en la creencia, pues el sujeto cognoscente no logra el "descubir" si no es por establecer una hipótesis o idea preconcebida, la cual se obedece al creer en algo, y que por ende guía la adquisisción de este conocimiento.
Soy estudiante de Licenciatura de Historia, me he tenido que enfrentar a este tipo de discusiones producto de nuestros ramos de Epistemología y Teoría de la Historia. Sinceramente filosofos y profesores de historia tenemos mucho que aportar al conocimiento de la Fe y la edificación de nuestras iglesias Bautistas (en cuanto a la Fe y a los orígenes doctrinales).
¡Dios les bendia y les de la sabiduría necesaria para vivir una vida plena en Jesucristo!
Afectuosos saludos
Rubén Elgueta R.
Primera Iglesia Bautista de Concepción.
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