lunes, 16 de junio de 2008

REALIDAD HOMOSEXUALIDAD: ¿SOMOS LA IGLESIA POR DONDE CAMINA JESÚS HOY?

El día 16 de mayo del presente año pudimos conocer por medio de La Nación[1] que quienes dicen ser representantes del pueblo evangélico, se reunieron con el presidente del Senado, Sr. Adolfo Zaldívar, para prever la posibilidad del matrimonio homosexual, que la Ley Antidiscriminación dejaba entrever; la que ya ha pasado por la Comisión de Derechos Humanos y que está aun en trámite en la Comisión de la Constitución, Legislación y Justicia. Es sorprendente la contradicción de tales líderes al aportar ideas que contienen prácticas discriminatorias frente a una ley que precisamente supervigilaría lo contrario.

Dicho “encuentro” fue una manifestación pública del pensamiento de personas que bajo la apariencia de “guardadores de la moral” quieren imponer una norma sexual gestada a partir de tradiciones prejuiciosas y que le adjetivan la deidad para imponerla como mandato del cielo, como una verdad absoluta como si naciera de la misma Escritura. Este modo de plantearse esconde la presunción de poseer la única y recta interpretación del Canon Bíblico, y lo que es más, de que dicho Canon debe ser impuesto a todo el mundo. Por ello, una conducta de este tipo es una violencia al mundo cristiano, pero por sobretodo al ser humano.

Frente al hecho de que “líderes” dicen representar al pueblo evangélico en diversas instancias de poder; es importante preguntarnos: ¿Qué tipo de representatividad y qué grado de ella está presente en sus manifiestos? ¿Cuán identificada está la iglesia evangélica con las argumentaciones que respaldan los acuerdos de las cúspides estratégicas? Incluso, ¿conocen las diferentes comunidades de fe del país, estos acuerdos tomados por unos pocos y sus marcos de actuación?

En virtud de las preguntas anteriormente mencionadas, es que nos nace la necesidad de comunicar a los (as) lectores (as), una reflexión sobre una realidad negada al interior de nuestras comunidades; cual es la de los hombres y las mujeres homosexuales.

Es importante destacar que nuestra discusión no puede pretender centrarse en el sentido causalista de la homosexualidad (¿opción o enfermedad?), ni tampoco en su sentido psicosocial; temas aún pendientes si se quiere realizar un abordaje serio y consistente. No obstante, creemos que al estar frente a una realidad social donde a todas luces se discrimina a los (as) homosexuales desde su condición de personas, se hace urgente alzar la voz y despejar que los planteamientos de los supuestos líderes evangélicos, fuertemente acompañados por el sensacionalismo de los medios de comunicación masivos, no constituyen una expresión de la fe evangélica. Al menos no en esta materia.

Desde nuestra perspectiva, hay una invisibilización por parte de la mayoría de las iglesias evangélicas, hacia las personas que tienen este modo de vivir su sexualidad. Es evidente el miedo de abordar este tema y el fuerte arraigo a la idea de condicionar la aceptación o no al “cuerpo de Cristo” de tales personas según opten o no por la abstención de una vida homosexual.

Las iglesias ocupamos demasiado tiempo discutiendo temas “domésticos”, negando a la vez miles de preguntas que hay en el inconsciente colectivo, como por ejemplo, la inclusión (o no) de “estas” personas a nuestros “mundos” eclesiales. Esto no revela más que nuestros prejuicios, y formas enmarcadas e inflexibles de ver, entender, sentir y, en definitiva, vivir el evangelio, de modo que nuestras iglesias se alejan de ser verdaderos y auténticos espacios de acogida y participación. Creemos que incluso estas conductas discriminatorias, serían aplicables a todo aquel o a toda aquella que no encaja dentro del perfil “canuto” y que por ende no “califica” para ser considerado miembro del Reino de Dios.

Sugerimos como comunidad eclesial, que debiéramos tomar un camino que provoque el inicio de un diálogo frente a este tema. Revisemos juntos nuestra relación comunitaria, y analicemos cómo aprovechamos nuestros espacios para compartir con otros la bendición de tener la gracia de Jesucristo en medio nuestro. De este modo podremos estar en sintonía con Dios y mirar con sus ojos a quienes son considerados minorías sexuales. Nos daremos cuenta que son minorías no porque sean pequeños en número, sino porque tienen pocas posibilidades de injerencia y participación en nuestra sociedad y en nuestras iglesias.

Pero ¿qué significa mirar con los ojos de Cristo? ¿Cómo podemos descubrir el sentido auténtico de esta mirada sin caer (otra vez) en interpretaciones subjetivas que más bien buscan mantener nuestras rígidas estructuras? ¿De qué manera reconocimos el pecado sin caer en relativizaciones? Tenemos mucho por resolver. Probablemente, tenemos más dudas que afirmaciones o “bonitas recetas”. Por eso proponemos iniciar una primera etapa de acercamiento a la temática, para que a luz de un abordaje teológico, social, psicológico y político, no solo podamos decir algo, sino también demostremos que tenemos voz propia, y sobretodo que mantenemos una actitud renovada, actual a los tiempos, y alerta frente a xenófobos y segregacionistas. Sólo así, podremos decir que somos la iglesia por donde camina Jesús hoy.
[1] http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20080516/pags/20080516012512.html

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Probablemente ante este tema, la primera pregunta que les surge a muchos lectores de fe cristiana es: “Pero ¿es pecado tener relaciones homosexuales?”, como si ese fuera el punto de mayor o única importancia.
Pocos se detienen en los espantosos pecados (que incuestionablemente sí los son) que en la historia se han cometido contra homosexuales, aún en el nombre de Dios.
¡Cuántos pseudocristianos moralistas y homofóbicos han dejado un rastro de sangre en su afán de exterminar lo que es “ofensivo al orden divino”!
Y hoy después de 10 años de lucha para aprobar una ley contra la discriminación que incluye a los homosexuales, con seguridad seremos testigos de cómo las iglesias cristianas se levantarán con una voz “profética” para denunciar el advenimiento de “Sodoma y Gomorra”.

Esteban Jamett Q.

Anónimo dijo...

El tema ha sido controversial durante mucho tiempo entre las iglesias, creo que como cristianos debemos amar, debemos apoyar y velar porque todas las personas no sufran, no sean discriminadas, no sean vulneradas en sus derechos...

Entre las personas que son homosexuales, muchas veces se esconde un pasado horrible, traumas, violencia, cosas que solo nuestro Señor Jesus es capaz de sanar.

Como dice la Biblia, "misericordia quiero, no sacrificios", es tiempo de mirar a nuestro alrededor y ver que hay mucha necesidad en nuestro medio.

Es momento de mostrar un camino distinto, un camino de amor, Porque si les cerramos la puerta a estas personas, que las discriminan en sus circulos, las discriminan en sus trabajos, familias, amistades...

¿Como vamos a tener la conciencia limpia, si tambien les negamos el acceso a nuestro Señor?

Hay que tener el corazon dispuesto para que Dios nos hable, no se trata de avalar una conducta sexual, ni justificar la condicion de una persona... Pero como Dios ha tenido misericordia con nosotros, asi la tiene con todos, y asi lo debemos hacer con quien esta proximo.

Juan Esteban Trujillo

Juan A. Rojo R. dijo...

Sin duda, para muchos (me incluyo) cualquier tipo de discriminación es dañina para la sociedad, es un retroceso en la aspiración de una sociedad justa, equitativa y democrática.
El articulo en su base no manifiesta una postura ni aprobatoria ni de rechazo a la opción homosexual. Dado que para ello, hay que realizar un debate serio y estudiando tanto de las Escrituras, como las ciencias en general, la tradición, el poder, la política , etc.
Si, es bastante riesgo que ciertos lideres "evangélicos" tomen la iniciativa como voz única del mundo cristiano protestante. Con que autoridad civil y/o moral se han autodenominado VOCEROS!!!.
Creo de gran manera el los gobiernos autónomos y democráticos de cada iglesia local.
Hay una gran deuda sobre el tema, y creo debemos estar llanos a dialogar, argumentar y contra argumentar.
Saludos

cata dijo...

En lo personal me llama mucho la atención el cómo la sociedad en general comenta sobre la homosexualidad y habla de ella, restringiendola sólo al acto sexual. Me parece que es una situación normal, considerando vuestro contexto cultural, social , religioso, politico, entre otros. Pero nosotros no debemos continuar construyendo una historia en donde el origen y el fin de la homosexualidad se resuma en el acto sexual, puesto que el comprender de dicha manera tal condición y género nos limita para realmente aceptar a una persona homosexual y lo que implica el aceptar que es AMAR. Por otro lado creo que Jesús siempre comprendió al ser humano como ser integral y de ésta misma manera lucho contra las injusticias social y la vulneración de derechos básicos de todo hombre y mujer.

Es por esto que yo no puedo apoyar la discriminación y la vulneración a vivir en libertad.

Catalina Cortés

Anónimo dijo...

Pero la Biblia no deja muchas dudas sobre este punto, la homosexualidad es PECADO, no importa que tan inclusivos queramos ser (si seguimos así ni pensar qué nivel de relajo tendremos en nuestras iglesias)

Anónimo dijo...

Cuando leo diferentes opiniones con respecto al tema, me llaman mucho la atención aquéllas donde con facilidad se señalan los pecados ajenos, creando una burbuja para algunos que deja afuera a quienes no son como ellos.
¿Dónde esta la inclusión? Porque sabemos que es fácil ser amigo de mi amigo... pero ¡qué difícil es querer al distinto, al pecador!
Si se nos ha regalado, sin merecer, un amor misericordioso, si el sol sale todos los días sobre todos nosotros... entonces ¿qué estamos haciendo? ¿queremos taparles el sol a algunos?
Porque, aunque intentamos hacer lo bueno, no siempre lo hacemos... ¿por qué creemos que sólo trabajará en nuestros pecados que no siempre son evidentes?
Roguemos por un mundo más justo, por más perdón, por más paz.
No nos creamos dueños de la bondad, sobre todo si actuamos o avalamos las ofensas y la discriminación.

Anónimo dijo...

Yo creo q hay gente q no entiende la diferencia entre entender la homosexualidad y la discriminación.
Creo q la discriminación va cuando excluye a un homosexual de alguna actividad o cualquier cosa social, religiosa, política, etc.
Personalmente yo no discrimino pero no comparto la decisión de seguir una actitud sexual contraria a lo q Dios demanda q hagamos. Independiente q sea por amor y eso...cuando se habla de homosexualidad se habla de q cumplen funciones de pareja entre personas de igual sexo. Esta claro q es una decisión de cada persona lo cual permite la libertad de expresión y todo eso pero hay q pensar lo q Dios quiere de nosotros en nuestras vidas.
En conclusión creo q no debemos apuntar al homosexual como un bicho raro ni nada de eso (es humanos igual q todos, igual q yo) pero hay que tener en cuenta q su homosexualidad tampoco esta correcta al igual como nosotros tenemos errores.
Si se tratara de clasificar a los pecados en orden creo q estarían todos al mismo nivel... imaginen que la gente discriminara de igual forma que a los homosexuales a los ladrones, los mentirosos, etc. todos se discriminarían unos a otros pero creo q por ser un tema sexual se le da mayor relevancia ya que en el mundo la sexualidad siempre ha sido un tema “tabú” en distintos ámbitos.
Ojala se entienda lo que dije….cualquier critica o comentario me lo pueden decir y se los agradecería.
Bendiciones…….

Anónimo dijo...

la verdad me parece muy buena la informacion que acabo le leer aqui.soy cristiano pero dentro de la iglesia e visto mas que en ningun lado discriminacion por la opcion de vida de las personas.como si a determinadas cosas se pudiera hacer vista gorda y a otras atacar severamente atravez del pulpito.creo que eso se aleja mucho de el verdadero cristianismo.yo tambien amo a cristo pero me dicen que si no dejo de ser gay me ire al infierno.como se uno pudiera elegir el deceo y cambiar asi como asi.y sentirse amado y acompañado por alguien del mismo sexo que uno...cosa que no encontre mientras estube casado con mujer.ella opto por segui y amar a otro y yo ahora despues de dos años vivo con alguien a quien amo acaso ella se salva si va a la iglesia y se hace la puritana?y yo me voy al infierno por mi opcion de vida?ya nos divorciamos seguramente sera muy bien recibida junto a su pareja en alguna iglesia evangelica...yo sigo mirando eventos y escuchando mensajes biblicos por internet.sin nada mas que decir saludos a todos y que jesus les bendiga.