Los petitorios, los discursos públicos, los panfletos, las pancartas y lo gritos de protesta evidencian la oposición entre las intenciones de las elites dirigentes, que orgullosos de su “acuerdo“, enarbolan la LGE, y los estudiantes del país que obcecados en su meta no dan pie atrás. Dicha oposición radican en que los representados, por un lado, dudan la eficacia de la ley en asegurar una calidad de educación equitativa para toda población y, por otro lado, ponen en tela de juicio un elemento posicionado en el trasfondo de la educación chilena, el cual es la finalidad lucrativa, en otras palabras, se cuestiona la educación como un bien más del mercado librecambista.
Por otra parte, las asambleas, las agrupaciones en colectivos, la ilegalidad de las toma del colegio y de los espacios públicos, en conjunto con sus demanda perfilan a un movimiento de cualidades nuevas, e identificarlas es vital para el objetivo que éste articulo se propone, este es comprender el raigambre de tanta radicalidad y tozudez.
Somos testigos de las profundidades que ha alcanzado el valor de equidad y horizontalidad en esta generación protagonista. Sus asambleas sin dirigente, sino que representantes y en donde un estudiante es un voto, evidencia elocuentemente esta arraigada convicción democrática.Así mismo la institucionalidad del partido político vive un desolado panorama, mientras prolifera otro tipo de organización caracterizada por la comunidad y la horizontalidad entre sus “integrantes”. A esta alternativa preponderante la reconocemos con el nombre de “colectivo”. Entidad que no responde a los mecanismos de funcionamiento del Estado chileno, como tampoco lo hacen las sucesivas y cada vez mas radicales manifestaciones y toma de posesión del espacio público, puesto que ellas intervienen deambulando sobre terrenos de ilegalidad.
Tenemos entonces, a un movimiento social que critica a un sistema educativo en tanto vinculado al mercado, mientras que desde sus conductas expresa un solido discurso que desacredita al sistema político tanto a su ”seudo democracia” como a sus “representantes”. Nos encontramos ante una generación nacida en un contexto que involucra un sistema económico neoliberal más un sistema político democrático representativo. Que al parecer no ha cumplido con las expectativas de sus retoños, puesto que las lógicas de funcionamiento adoptadas por ellos, no responden a las del sistema actual. Si no que se alzan en contra, a través de esta contienda por una educación equitativa en calidad.
Hermanas y Hermanos, en Chile los estudiantes gastan la garganta no tan solo contra una Ley General de Educación, si no que se alzan contra los cimientos de nuestra sociedad corroída, se alzan en contra de la Ley General del Estado. Y ante eso, como cristianos, convencidos de la necesidad de construir el reino de Dios entre nosotros, no podemos ignorar y desaprovechar esta concreta posibilidad de paz y justicia, sin precio y para todos. Debemos tomar conciencia de los problemas que aquejan a la sociedad chilena, y hacer algo frente a esto. Jesús no se habría quedado en silencio, siendo testigo de tanta inequidad y violencia. Concretemos el amor al prójimo, colaborando por construir un país más justo, solidario y equitativo, en donde prime la paz y el amor.
Hermanos y hermanas, que Dios bendiga a esta esperanzadora juventud.